Autor: Héctor Garrido.
Graduado en Logopedia por la Universitat de Valencia y estudiante del Máster en Logopedia Clínica en Daño Neurológico por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos.
Cuenta con diversas formaciones complementarias como el curso en Técnica Lax Vox para la Terapia Vocal acreditado por el centro de formación SCIRE, los cursos en Aplicación del método Estill Voice Craft en la práctica clínica para la rehabilitación vocal y en Abordaje en la Disfagia centrado en la persona y su entorno, acreditados por la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud (EVES); entre otros.
A Héctor le apasiona ayudar a la gente y buscar el bien común, es por eso que se formó en el mundo de las Ciencias de la Salud para poder trabajar y ayudar a las personas en la característica que nos hace más humanos: la capacidad de comunicarnos.
A sus 28 años, ya cuenta con la experiencia de haberse formado trabajando en la planta ORL de los Hospitales La Fe, Clínico y General de Valencia; y en ORTOFON – Centro de Logopedia, Psicología Clínica y Psicopedagogía.
Actualmente trabaja como logopeda en NEURAL – Centro de rehabilitación neurológica y de neurodesarrollo, realizando las tareas de rehabilitación y reeducación de patrones comunicativos, respiratorios y deglutorios en el desarrollo de las personas con daño neurológico. Además, cogestiona la cuenta de LOGOCURIOUS en Instagram, aportando una visión didáctica de la logopedia para el público general.
En esta ocasión, Héctor ha querido compartir con Explota tu talento sus amplios conocimientos sobre la importancia de la voz dentro de las habilidades escénicas, muy demandadas dentro del Talento Creativo.
Para poder desarrollar esta habilidad tan necesaria, Héctor nos cuenta qué debemos tener en cuenta para saber si nuestra voz está en riego y cómo cuidarla cuando vamos a hablar ante el público.
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Las habilidades escénicas abarcan un amplio rango de posibilidades de desarrollo personal y creativo a partir del cual el público disfrutamos y aprendemos mucho. El mensaje a transmitir puede ser tan diverso como personas existimos en este planeta; pero, en muchas ocasiones, precisa de una comunicación oral óptima. Y para que ello funcione debemos tener en cuenta diferentes aspectos que nos hagan mantener saludable una de las herramientas básicas: nuestra voz.
¿QUÉ DEBEMOS TENER EN CUENTA PARA SABER SI NUESTRA VOZ ESTÁ EN RIESGO?
Presuponiendo que partimos de unas cuerdas vocales sanas, hay aspectos cualitativos a los que debemos prestar atención porque pueden ser desencadenantes de una mala producción de nuestra voz y, por tanto, de patologías vocales y/o deficiencias en las habilidades escénicas orales. Estos aspectos en los que nos podemos fijar son:
Respiración. Debe ser de tipo costal-diafragmática y no alta clavicular. Nos miraremos frente a un espejo y nos fijaremos que al respirar no se marquen excesivamente las clavículas y musculatura del cuello ni se eleven los hombros, sino que el movimiento del cuerpo al respirar sea más bajo, en la zona de intercostales y abdomen (si no, sabremos que el patrón debe cambiar). Además, el modo en el que respiramos debe ser nasal, puesto que la nariz ayuda a que el aire entre limpio, más cálido y menos seco. De esta manera, conseguiremos activación diafragmática y evitaremos sequedad excesiva, carraspeos, tos y futuras patologías vocales.
Tensión/dolor muscular en el cuello, cabeza, ATM (articulación temporo-mandibular) o zona alta de la espalda. Estas regiones corporales tienen musculatura asociada a la producción de voz, por lo que lo ideal es que estén relajadas. Por ejemplo, el bruxismo desequilibra la musculatura suprahioidea y esto afecta directamente a cómo producimos nuestra voz.
Postura. Muy ligado al tip anterior. Nuestra musculatura debe estar equilibrada para que la laringe (desde donde producimos voz al pasar el aire a través de ella) esté en eje vertical. Podemos fijarnos si al hablar protruimos la cabeza, la subimos demasiado estirando la zona de la barbilla (mirando por encima del hombro) o si la bajamos hacia el pecho (hablando para el cuello de la camisa). Si hablamos desde un escenario o tarima, lo ideal sería proyectar la mirada hacia el frente, por ejemplo, mirando las filas centrales y finales. Si no, ofreceremos dinamismo (es decir, no nos estancaremos mirando a las personas de primera fila, evitando así tener la cabeza inclinada hacia abajo juntando la barbilla con el pecho durante un tiempo excesivo).
Coordinación fonorrespiratoria. Es primordial tener en sintonía el aire que respiramos y lo que queremos decir. No debemos agotar el aire y acabar “estrangulando” la voz al final de las frases. Lo conveniente es que hagamos pausas para respirar y seguir hablando durante el discurso. Esto además nos ayudará de forma indirecta a tener un discurso fluido y ameno, sin prisas que provoquen que nuestro público pierda detalle de lo que decimos, y a contar con un mayor margen para jugar con variaciones de entonación (uso de preguntas retóricas o evitar monotonía) que hagan de nuestro discurso algo más atractivo.
Alergia. Sufrir alergias, rinitis, taponamientos nasales y derivados son factores de riesgo para que nuestra voz tenga una peor calidad y acabar desarrollando patologías. Es conveniente atender a esto y, si se tiene dudas, acudir a nuestro centro de salud para tratarlo en nuestra historia clínica.
Variación notable de la voz dependiendo del momento del día (por las mañanas recién levantado, por ejemplo). Cuando esto es algo constante y destacable, es una clara señal de alerta de que puede estar afectándonos cualquiera de los aspectos mencionados en los tips anteriores.
¿CÓMO PODEMOS CUIDAR NUESTRA VOZ CUANDO VAMOS A HABLAR EN PÚBLICO?
Hay ciertos hábitos que podemos poner en práctica para mantener una voz sana y prevenir complicaciones.
Hidratación de cuerdas vocales. Beber agua ayuda a mantener hidratadas todas las mucosas corporales, sí, pero es fundamental entender que es mediante vahos que hidratamos directamente las cuerdas vocales. Además, es recomendable hacerlos con manzanilla amarga, pues se ha demostrado el efecto desinflamador directo que tiene sobre las mismas, minimizando las ganas de toser o carraspear (algo que debemos evitar). También es aconsejable usar humidificador por las noches y prescindir de mentolados (pueden irritar) y dejar de usar caramelos creyendo que van a tener un beneficio directo sobre nuestras cuerdas vocales.
Cambiar el patrón respiratorio si observamos dificultades para respirar correctamente, tal y como se puntualiza en el apartado anterior.
Compensar con micrófonos u otras ayudas técnicas que permitan reducir el sobreesfuerzo vocal.
Evitar exponerse a tóxicos como el tabaco o el alcohol y/o irritantes como la menta (caramelos y derivados) o comidas picantes, ácidas y pesadas (sobre todo por la noche). Nos debemos fijar, también, en la presencia de posible reflujo gastroesofágico (por ejemplo, si por las mañanas nos levantamos con mucha irritación y picor de garganta, si tenemos sensación de ardor en el pecho o si regurgitamos alimentos o líquidos).
Bostezar. El bostezo, aunque no lo pudiera parecer, tiene peso en nuestra relajación. Hacer unos 3 bostezos antes de salir a hablar puede ayudar a relajar la musculatura que usamos para vocalizar y ampliar el espacio donde resuena la voz (proyectándola mejor). Además, oxigena y refrigera el cerebro. Sí, como lo lees. En consecuencia, conseguimos una mayor concentración y liberación de estrés.
Si existen dudas sobre todo esto, lo más conveniente es acudir a un Logopeda. También deberíamos acudir a Otorrinolaringología si alguno de estos signos de alerta perduran durante más de dos semanas. Lo mismo con la Fisioterapia ante los signos musculares y posturales. Somos profesionales socio-sanitarios que haremos una valoración más exhaustiva sobre los parámetros vocales y determinar si hay problemas más específicos de la anatomía y fisiología corporal que puedan afectar al óptimo desarrollo de las habilidades escénicas usando la voz.
Esto fue lo que hizo Jessica Mulet, Dietista y Nutricionista que emprendió hace unos años y precisó de ayuda para mejorar y mantener su voz en los diferentes ámbitos de tratamiento y divulgación en los que trabaja. Vigilemos todo esto como hizo ella y… ¡disfrutemos de nuestro trabajo con seguridad y pasión!
Trabajar mi voz ha mejorado mi calidad de vida y ha hecho que, a nivel profesional, mi día a día sea más llevadero.
Después de estos interesantísimos consejos de Héctor Garrido sobre la voz cómo herramienta básica en las habilidades escénicas, seguro que se te ha despertado la curiosidad por seguir descubriendo tus talentos.
Desde Explota tu talento trabajamos desarrollando el talento de las personas para incrementar el valor de su marca personal y del equipo humano de las organizaciones, enfocado a la mejora continua de resultados profesionales.
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Edición: Begoña Garrido.