En una entrevista publicada en Levante EMV, Pepe Marín, Subdirector de Innovación del Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València habla sobre emprendimiento, universidad y el apoyo que los estudiantes reciben a la hora de materializar sus proyectos, así como de la importancia de la aptitud emprendedora a la hora de afrontar el futuro.
Al menos desde fuera, da la Da la sensación de que con ese gran impulso que dan al tema del emprendedurismo lo que pretenden es no abandonar a su suerte a los alumnos que se titulan.
Efectivamente. Las funciones que tradicionalmente se le han atribuido a la universidad son enseñar, investigar y transferir el conocimiento al exterior. En ese sentido, a los alumnos se les formaba en sus carreras y se les dejaba que se buscaran la vida y en algún caso se les integraba en los grupos de investigación. Ahora lo que estamos haciendo es abrir puertas, no dejar al alumno a expensas de un mercado laboral desierto. Esto hay dos maneras de hacerlo. Por una parte, enseñarles a ellos mismos aptitudes distintas, fomentando el emprendimiento. Y por otra, trabajando dentro de las empresas para que mejoren y se conviertan en compañías innovadoras. Así serán capaces de integrar gente formada en sus plantillas.
¿Es bien acogido por las empresas?
Hay de todo. Tenemos empresas muy buenas en la comarca. Sobre todo las del sector agroalimentario son empresas muy innovadoras, que están en contacto con grupos de investigación e institutos tecnológicos, muchos de ellos de la UPV, los cuales están produciendo innovación para ellas. Saben muy bien lo que tienen que hacer y en ese sentido son una fuente muy buena de captar empleo de calidad, con conocimiento.
Sin embargo, hay otras, sobre todo en el sector turístico, que están donde estaban hace años y siguen en la misma línea que cuando se creó el sector en los años 50. Ahí hay un margen de mejora importante y es un sector muy potente en la comarca. Nosotros fomentamos entre los alumnos las iniciativas para crear productos innovadores para este sector.
Los alumnos estarán encantados con que la universidad les guie en el emprendedurismo
Bueno, sobre este tema hay una falta generalizada de cultura. El alumno llega programado por un sistema educativo que le ha abocado a estudiar, sacar buenas notas, terminar la carrera y obtener un título universitario y al que todo el mundo le ha dicho «cuando consigas esto encontrarás trabajo» y eso es mentira. A los alumnos nuevos les digo, en la jornada de bienvenida, que eso no es así, que con ese título, muy probablemente no van a encontrar trabajo.
Cuando pongan su título encima de una mesa para trabajar en una empresa, igual que ese habrá cien o doscientos más. La diferenciación con los demás es lo que se debe trabajar durante la carrera y eso tiene que convertirse en una responsabilidad extra de las universidades.
El ser creativo, el estar motivado, transmitir motivación, saber convencer, hablar en público, son las aptitudes que el alumno debe ir adquiriendo a medida que va avanzando en la carrera y, éstas, en definitiva, son las aptitudes de un emprendedor. Si tú puedes demostrar que además de tener un título has emprendido un proyecto, vas a tener ese punto diferenciador.
Pero insisto, los alumnos están muy cegados y cuesta mucho conseguir esto. Y, atención, no solo alumnos, también los profesores. El sistema educativo lo formamos todos y hay una falta de cultura generalizada, tanto en alumnos como en profesores. Yo lo que les pido muchas veces a mis compañeros que piensen y se preocupen por el futuro de sus alumnos.
¿Se les mentaliza a los alumnos de que su proyecto puede fracasar?
Es una de las primeras cosas que les transmitimos cuando se acercan a nosotros. Les decimos que de lo que se trata es que si tienes que fracasar, hazlo pronto y no pierdas mucho dinero. Obviamente, todo el mundo quiere triunfar pero en el camino del triunfo puede haber varios fracasos y de los fracasos se aprende.
Nosotros, por ejemplo, dentro de los grados hemos implementado asignaturas de creación de empresas, donde ponemos en el aula a alumnos de diferentes títulos porque es muy importante la convergencia de ideas distintas.
Desde la universidad están apostando mucho por empresas tecnológicas pero para que eso funcione se necesita una sociedad preparada para ello.
Efectivamente, y aquí sí, tenemos un problema en España. Si lo comparamos con Irlanda, por ejemplo, como un país parecido a España, vemos que allí se usa internet para todo, a todos los niveles y además se ha favorecido mucho desde el gobierno el emprendimiento tecnológico. Hay muchísimo más consumo de tecnología y aquí no estamos en ese nivel. Lanzar negocios en nuevos sectores tecnológicos en un país donde todavía no hay gran consumo tecnológico, ni grandes facilidades para emprender, es un problema, pero eso irá mejorando. La ventaja del emprendimiento tecnológico es que es escalable, es decir, si lanzas un producto y funciona bien puedes escalar a otros países.
<< LA UPV LLEVA MÁS DE 20 AÑOS APOSTANDO POR EL EMPRENDIMIENTO >>
¿En qué punto se plantea la universidad que tiene que apostar decididamente por el emprendedurismo?
El instituto Ideas de la UPV fue el primero que se creó en toda España hace más de 20 años. Este centro tenía por objetivo el fomento del emprendedurismo entre nuestros alumnos. Eso significa que esta universidad, tradicionalmente, ha apostado por ello. Sí que es verdad que ha habido unos años en los que la gente salía y con su currículum encontraba trabajo.
Hoy en día no es así y la UPV ha empezado con una apuesta más activa, creando unos centros para emprendedores, algo en lo que fuimos pioneros. En el caso de Gandia, nosotros estábamos preparando contenido para el Innova pero cuando aquello se vino abajo nos quedamos sin cáscara pero no sin bicho, así que nos lo replanteamos todo. Yo pensé que si explicábamos todo lo que teníamos a los ayuntamientos grandes, que también están llevando a cabo proyectos en sus propios pueblos, lo entenderían. También hay empresarios grandes que dentro de su responsabilidad social lo han acogido bien. Si nosotros no nos preocupamos de generar esos sectores productivos nuestros chavales se tendrán que ir al extranjero.
¿La crisis ha incrementado el miedo al fracaso?
Pienso que no. Realmente lo que tenemos que hacer es que el modelo de nuestros jóvenes cambie. Antes se copiaba el del constructor al que le iba bien y pensabas que si él lo hacía tú también podías. Ahora se deben generar nuevos modelos de copia, es decir, debemos dar a conocer a gente que le vaya bien, fomentar el emprendedurismo y poner de ejemplo a nuestros propios empresarios y emprendedores. Eso sí, hay que dejar claro que los que inician un proyecto deben currárselo.
No se trata de meter un duro y sacar cinco en seguida, hay que meter muchísimas horas de trabajo y luego, a lo mejor, sacas cinco o, tal vez recuperas el duro, pero si sigues trabajando, probablemente encuentres el futuro.
PUEDES DESCARGAR LA VERSIÓN IMPRIMIBLE DEL ARTÍCULO PUBLICADO EN PRENSA PULSANDO AQUÍ