Sofía Frasquet, directora de JUMEL

Hablar de Jumel es hablar de innovación. Desde su fundación en 1979, esta empresa especializada en mermeladas no ha dejado de evolucionar. Hoy en día ofrecen, además, salsas, miel, cremas, siropes y cualquier producto a medida. Nos lo cuenta Sofía Frasquet, una de sus gerentes y segunda generación del negocio.

ANA LLOPIS. Diciembre, 2018


Forma parte de la segunda generación de Jumel, ¿ha cambiado mucho el negocio desde que fuese inaugurado por su padre?

Sí, ha cambiado mucho. La empresa la inauguró mi padre Federico Frasquet en 1979, en ese momento había una forma de hacer negocios que actualmente ha cambiado por completo. No tiene nada que ver, es una forma de gestionar completamente diferente. Cuando él era el gerente, lo intentaba gestionar todo él solo, aunque también es lo normal cuando uno crea una empresa. Al fallecer mi padre en el 2001, mis hermanos y yo nos hicimos cargo y lo que hemos hecho es profesionalizar la empresa, buscar a profesionales en los correspondientes cargos de cada departamento.

Y en estos momentos, estamos en otro cambio trascendental, el proceso de digitalización.

Son una empresa que presume de invertir en innovación ¿Cómo se traduce ésta en la producción y el resultado final del producto? 

La innovación y la exportación son para nosotros nuestros pilares fundamentales, y ahora estamos incorporando el de las nuevas tecnologías. Todos los departamentos son importantes pero estos son fundamentales. Ya hace muchos años que apostamos por la innovación.

Fuimos la primera pyme de la Comunidad Valenciana que conseguimos la norma 166.000 de la gestión en I+D.

A nosotros nos ha servido para mucho, es una filosofía de trabajo. Tenemos un departamento de I+D propio compuesto por tres personas, que está diferenciado del de calidad compuesto por otras tres personas. Para una empresa de nuestro tamaño supone darle mucha importancia. Todos los años hacemos proyectos nuevos, no siempre son productos diferenciados, sino que también mejoramos los que ya tenemos en el mercado. 

Además son capaces de realizar productos a medida.

Totalmente, es una de nuestras facetas, ya que trabajamos mucho con marcas blancas. Somos una empresa atípica en el sector porque nacemos del mundo de la hostelería, y no de la distribución del supermercado. Comenzamos creando productos en mono dosis: tarinas de mermelada, salsas… para hoteles y establecimientos hosteleros. A raíz de ahí, y conforme hemos ido creciendo y añadiendo departamentos, trabajamos mucho para la industria y marcas blancas. Ahora somos más colaboradores que cliente proveedor y creamos productos que otros necesitan como el relleno de mermelada de fresa, que adaptamos específicamente a cada cliente según las características que nos solicita, por ejemplo de humedad. Ocurre lo mismo con las salsas, elaboramos muchas a medida, ya que con ellas nuestros clientes se pueden diferenciar.

¿En qué otros aspectos se ve reflejada la inversión en I+D?

Es un trabajo diario, desde desarrollos de productos que los hacemos continuamente, tanto por petición de cliente o para nosotros mismos, a mejoras de los que ya tenemos en el mercado. Por ejemplo,

fuimos los primeros en fabricar y comercializar la mermelada en botella antigoteo.

Actualmente, ¿su mercado está en España o se mueven ya en el ámbito internacional?

El mercado más grande lo seguimos teniendo en España, aunque cada vez crecemos más en exportaciones. Actualmente un 30% de nuestras ventas son exportación.

¿Alguna vez se han planteado dejar La Safor? 

No, nos lo hemos planteado. Incluso ahora que necesitamos crecer y hacer una ampliación de nave, aunque de momento andamos con temas de papeleo y burocracia que siempre son un hándicap.

¿Creen que la comarca está preparada para acoger grandes empresas como la suya?

Todo es mejorable, evidentemente, pero nosotros

hemos nacido aquí y aquí tenemos la intención de continuar. 

¿Les ha afectado de algún modo la crisis? ¿Cómo han conseguido hacerle frente?

Ha afectado sí, la crisis ha afectado a todos los sectores aunque a unos más que otros. En nuestro caso particular nos ha salvado que ya estábamos bastante asentados en el mercado internacional, el consumo nacional que ha descendido lo hemos cubierto con exportaciones. 

¿Tuvo claro desde el principio que quería dedicarse al negocio familiar?

Yo soy licenciada en derecho, pero siempre me ha gustado el tema de la empresa. Desde muy pequeña he acompañado a mi padre con mucho gusto. Al terminar la carrera hice un máster. En ese momento me planteé buscar trabajo en algún despacho, pero la verdad es que me tiraba mucho más el tema de la empresa y decidí comenzar a trabajar en el negocio familiar.  

¿Cómo ha sido la transición a esta segunda generación?

Nos hemos ido adaptándonos cada día a las necesidades del mercado. Una pyme como nosotros si no se adapta poco tiene que hacer. Por ello buscamos profesionales para cada departamento, ahora estamos iniciando una adaptación a las nuevas tecnologías para intentar ser más competitivos y conseguir que todos trabajemos más a gusto. Creo que

todo avance supone un beneficio en el equipo humano

porque al final la empresa ni la llevo yo, ni mi hermano Federico, también gerente, la llevamos entre todos. 

¿Ha sentido alguna vez, algún tipo de discriminación por ser mujer en este sector tan masculinizado?

Yo personalmente no lo he notado. Es cierto que el mundo empresarial sigue estando dirigido mayoritariamente por hombres, aunque cada vez hay más mujeres y eso te alegra. 

Por último ¿qué nuevos retos le esperan a Jumel?

Muchos, además del proceso de digitalización en el que estamos inmersos tenemos muchos retos por delante y esperamos poder abarcarlos todos.