Pilar Reina Romero, socia directora de Diesel Injecció

“Nuestro negocio se acabará dentro de 40 años, pero hay que ser realistas: todavía no estamos preparados para el coche eléctrico en cuanto a instalaciones”

Pilar Reina forma parte de la segunda generación de Diesel Injecció. Una empresa en constante renovación, debido a la rapidez con la que avanza el sector automovilístico, y que se enfrenta además a al auge de la movilidad eléctrica. 

ANA LLOPIS, Mayo 2019.

Desde que su padre fundó la empresa en los años 70 hasta la actualidad, el sector ha sufrido muchísimos cambios, ¿cómo se han adaptado?

En 2005 tomamos las riendas del negocio mis hermanos y yo, aunque sí que es cierto que la actividad y buen hacer la hemos heredado de mi padre que comenzó en los años 70. Es cierto que nosotros tenemos otra visión. Cuando empiezas tienes unos vicios adquiridos en las formas de trabajar hasta el momento, pero pronto nos dimos cuenta que hoy en día eso ya no funciona, que tienes que cambiar totalmente.  Hemos pasado  de clientes que traían su propia pieza para repararla, a trabajar de forma industrial, en cadena, con piezas en stock… adecuándonos al mercado.

Siempre es esencial estar pendiente del mercado.

Sí que es verdad que nos ha pasado como a muchas de las empresas. Nuestro sector tenía un gran margen pero han empezado a incorporarse industrias del norte, y ha provocado que los precios empiecen a bajar, que seamos muchos más competitivos y tener que tener más disponibilidad. Por eso te digo que la visión de cuando comenzamos a ahora ha cambiado totalmente.

Ofrecen un servicio muy especializado, la reparación y reconstrucción de motores de inyección, imagino que la formación de los trabajadores será esencial.

Pues ese es uno de los problemas a los que nos enfrentamos. Nosotros contamos con dos líneas de negocio una que es el taller de reparación y después tenemos el laboratorio de inyección que representa el  70% de nuestro negocio. Pero en cuanto a la inyección no hay formación reglada, como mucho puedes contratar alguna persona que haya estudiado electrónica o mecánica pero lo tienes que formar tú o la marca, ya que somos servicio oficial de Bosch. Fugas de talento hay pocas, o como mucho a la competencia. 

¿Qué les diría a los jóvenes que en estos momentos se forman en la Universidad?

Está un poco complicado, la verdad. Nosotros comenzamos conociendo la actividad, conociendo a los clientes y el negocio y aún así, a veces tenemos complicaciones, como todos. Sin embargo, la actividad industrial y los emprendedores es la actividad que crea economía, sobre todo cuando hablamos de pequeñas y medianas empresas.

Por eso, les animo a emprender, siempre midiendo los riesgos, claro.

A lanzarse y ser valientes, que no se queden como siempre pensando en el funcionariado y en tener un sueldo seguro. 

¿El sector del diesel se ha visto muy perjudicado durante la crisis?

Nos ha afectado como a todas las empresas. Cuando ven un sector o actividad con margen empiezan a meterse grandes empresas y se quema el mercado. Así que sí ha afectado, pero también nos ha provocado ver las cosas de forma diferente, comenzar a trabajar de forma diferente, meternos en distribución cuando antes solo teníamos taller… Además es que antes el mercado no cambiaba y ahora cambia constantemente y hay que adaptarse. 

En concreto, ¿cómo les afecta la nueva normativa contra el diésel?

Nuestro negocio se acabará dentro de 40 años, pero hay que ser realistas: todavía no estamos preparados para el coche eléctrico en cuanto a instalaciones. Por ejemplo, yo soy miembro de la comisión de Industria de FAES y conseguir  traer energía aquí ha sido muy complicado. Además, cuando el Gobierno Central hizo este anunio se creó una especie de globo sonda y la gente tiene miedo a compra este tipo de coches. Lo que paradójicamente a mí actualmente me beneficia porque la gente los aguanta más y por tanto tienen más reparaciones. La verdad no creo que sea tan drástico. Y si lo es,

tendremos que realizar una nueva estrategia empresarial, y ver hacia qué actividad migrar.

Yo más que en el coche enchufablepienso en el coche autónomo. De hecho, el problema con el diésel viene con los coches antiguos y no con los nuevos y viene provocado porque las personas no  lo pueden cambiar por uno nuevo. Pero hay vehículos diésel con motores muy precisos en cuanto a emisiones de CO2.Se está trabajando para poder llegar a un nivel de emisiones 0. Lo que pasa es que se ha demonizado al diésel. Y el consumidor, ante al gran abanico de vehículos eléctricos, va un poco desorientado. 

Como profesional, ¿cómo llegó a ser la directora de Diesel Injecció? ¿Siempre tuvo claro que ibas a formar parte del negocio familiar?

Nosotros siempre hemos tenido claro que queríamos continuar con la empresa de mi padre aunque mi hermano al principio ha sido siempre el que nos ha empujado, yo siempre he sido un poco más conformista. Aunque ahora ya he cambiado.

En todo negocio, todos tenemos que aportar.

Mi hermano siempre había tirado del carro pero propuso que yo fuese la directora y nos pareció bien, ya que realmente es gente en la que confías. Aunque tengo presente que yo el día de mañana puedo estar o no, igual que mis hijos pueden hacerlo o no. 

Por último, teniendo en cuenta que es un sector muy masculinizado, ¿en algún momento ha sentido algún tipo de discriminación por ser mujer?

Yo nunca he tenido ningún problema porque me manejo más en los ámbitos empresariales. En la parte técnica, que es donde está más masculinizado, como en convenciones, suele ir mi hermano que es quien por su puesto de producción debe ir. Pero aunque parezca mentira sí hay mucha mujer en el sector, especialmente en administración. Sí que es cierto que los mecánicos son mayormente hombres.

Pero esto nunca debe ser una barrera para nosotras.