- En la sociedad futura, el 94,01% de los individuos aportarán organización, disposición, especialización y tecnología, mientras que los verdaderos visionarios estarán representados en el 4,48%; el resto, el 1,51%, no encontrarán su sitio y se comportarán como inadaptados que reflejarán trastornos o alteraciones en su comportamiento.
- En el mundo empresarial, la manipulación, corrupción y toxicidad no encontrará su sitio ya que únicamente el 0,85% de los individuos muestran tendencias comportamentales de este tipo.
La empresa valenciana Jacobson, Steinberg & Goldman y el equipo de investigación de la Cátedra Innovación UPV campus de Gandía dirigido por Cristina Santandreu, Óscar Morant y José Marín con la participación del profesor Hermógenes del Real de la Universidad Autónoma de Madrid, han realizado un interesante estudio sobre el comportamiento emocional de los jóvenes entre 18 y 28 años, en el que se destaca que el 42,13% de los individuos poseen una elevada intensidad en los aspectos relacionados con el trabajo en equipo, la prestación de ayuda y la demostración de solidaridad, acercándoles a aprendizajes relacionados con las humanidades. Así mismo, el 31,42% posee elevadas habilidades analíticas que les permiten afrontar retos relacionados con las ciencias y el desarrollo tecnológico.
En los datos aportados, no deja de sorprender que únicamente el 0,05% de la muestra utilice la agresividad para ratificar sus opiniones y defender sus postulados. Así mismo, el 4,48% destaca en aspectos relacionados con la innovación y la creatividad.
El modelo tecnológico utilizado para este estudio ha sido el conocido algoritmo ADNe, cuya precisión y confiabilidad se acerca al 98%.
Nos comenta Elías Azulay, investigador de Jacobson, que “Si aceptamos este diagrama sociométrico, estaremos en breve ante un escenario donde los individuos desearán colaborar abiertamente y para ello, esta mayoría bienintencionada deberá nutrirse de la creatividad de una minoría. En cambio, el 20,46% de los individuos, los cuales posen como rango dominante aquel relacionado con los aspectos cognitivos y reflexivos, aportarán orden, sensatez y criterio a nuestras actuaciones. Estamos ante un nuevo esquema social donde la Epigenética Social será la estrella, ayudándonos a crear una sociedad más solidaria”.
Nos comenta Óscar Morant de la UPV que “En los próximos años vamos a presenciar una segmentación social hasta ahora nunca imaginada. Ésta se basará en una interesada interrelación entre colectivos que dispongan de unas destrezas siendo conscientes de que carecen de otras, por lo que el nivel de generosidad y cooperación se va a imponer de forma natural”.
Como nos adelanta el profesor Hermógenes del Real de la UAM, “la conformación social se acercará a un esquema donde 94,01% de los individuos aportarán organización, disposición, especialización y tecnología, mientras que los verdaderos visionarios estarán representados en el 4,48%; el resto, el 1,51%, no encontrarán su sitio y se comportarán como inadaptados que reflejarán trastornos o alteraciones en su comportamiento”.
Parece ser que en el mundo empresarial, la manipulación, corrupción y toxicidad no encontrará su sitio ya que únicamente el 0,85% de los individuos muestran tendencias comportamentales de este tipo.
Ante las cuestiones sobre si estamos ante una nueva lucha de clases o si podríamos imaginar por un momento que este 0,85% (manipuladores y corruptos) se estableciera como la élite directiva, la profesora de la UPV Cristina Santandreu nos responde que “Más que ante una lucha de clases por capacidad económica o ambición social, estaremos ante una colaboración entre colectivos con diferentes habilidades y capacidades». Así mismo, José Marín de la UPV nos matiza que «Será una sociedad en la que para mantener su ritmo evolutivo se verá obligada a compartir conocimientos y recursos, pero en esta ocasión, apoyándose fuertemente en la tecnología, en la ciencia y en los protocolos de actuación. Por ello, entendemos que estas premisas bloquearán el camino a los especuladores”.
En las proyecciones realizadas “in silico” por los investigadores de Jacobson, entidad especializada en la formulación de algoritmos, se estima que con esta tipología de perfiles emocionales y comportamentales, la patología neurodegenerativa conocida como Parkinson mostrará un ligero incremento, reduciéndose la incidencia (número de casos nuevos en un periodo determinado) en Alzheimer y el Autismo.
Parece ser que habrá que tener en cuenta estas conclusiones e ir tomando buena nota…