Susana Serra, propietaria y gerente de Coques Susana

Susana Serra es la propietaria de Coques Susana, empresa ganadora del premio FAES a la Innovación en 2019 por ser la primera empresa que industrializa la producción de cocas de dacsa.

Cuando contacto con Susana Serra por primera vez para solicitarle cita para esta entrevista, escucho al otro lado una voz que parece de una chica de 15 años y siento que la conozco hace tiempo, que es una persona que va al grano, que está hablando conmigo mientras trabaja manteniendo el hilo de la conversación en todo momento. Esto ya me dice que es una mujer orquesta, como tantos empresarios. Ella es la gerente, responsable de recursos humanos, jefa de producción, de logística, etc. Enseguida acepta mi proposición, como era de esperar en alguien que aprovecha cada minuto. Eso sí, me pide que, además de hacer la entrevista, me asegure de ir con tiempo porque quiere explicarme su proceso de producción y mostrarme las instalaciones. Todo ello en una conversación telefónica de apenas 3 minutos.

De esa visita, realizada el día 27 de febrero de 2020, surge esta conversación:

Hábleme de los orígenes de la empresa y de su evolución, algo que les ha llevado a ganar el premio a la Innovación de FAES en 2019.

Nuestros orígenes son en el mundo de la panadería, de origen familiar desde mis abuelos por parte de padre, estuvimos en Palma de Gandia durante muchísimos años. Hacíamos productos de panadería y también cocas a diario que distribuíamos a hornos y tiendas. Fuimos yendo cada vez a más y empezamos con una máquina semi automática que innovó mi padre en aquel momento, todavía en las mismas instalaciones, que mantuvimos allí hasta 2003. Aquel local se quedó pequeño, la cámara también, no podíamos paletizar…

sí o sí, la empresa se hacía grande o buscábamos otro tipo de salida y decidimos ampliar el negocio trasladándonos al polígono de Palma de Gandia en 2003.

Este año estamos de celebración, llevamos 40 años y muy contentos y orgullosos de continuar con lo que mi padre inició y esperamos que siga así durante muchos años.

¿Desde cuándo supo que quería formar parte de la empresa familiar?

La verdad es que a mí siempre me ha gustado. De hecho, siempre que estaba de vacaciones de verano, Semana Santa, fines de semana, por las tardes etc… me ofrecía a ayudar porque me llamaba el mundo de la panadería y acudía a ayudarles. Cuando estaba en COU mi padre pasó una mala racha de salud por lo que yo trabajaba por las mañanas y por las tardes iba al instituto. Cuando acabó el curso, no tenía nota suficiente para estudiar la carrera que quería y, aunque mis padres me animaron a buscar una universidad privada para que pudiese continuar mis estudios, yo pensé que, si no había obtenido plaza, era por algo y decidí que me quedaba en la empresa. Bien es cierto que a veces tengo el gusanillo de que me hubiese gustado estudiar más pero no me arrepiento de haberme quedado al lado de mi padre.

En su opinión, ¿cuál es la mayor ventaja de ser una empresa familiar? ¿y la desventaja?

La mayor ha sido que hemos podido continuar desarrollando un producto local que mi padre ha hecho todo lo posible por potenciar y creo que se está reconociendo la labor que ha hecho durante tantos años. Es un producto local que se está viendo que tiene salida y que se está conociendo fuera de La Safor como en Valencia, Castellón de la Plana, Madrid, Barcelona, donde hay muchos restaurantes que ya lo están utilizando.

La parte negativa es que necesita muchas horas de dedicación, te tiene que gustar mucho, es lo principal y trato de transmitirlo a mis hijos ya que por las tardes no puedo estar con ellos porque en la empresa somos 4 personas y, aunque el horario es de 6 a 14:30, por la tarde hay que venir a cargar camiones, trabajo de oficina… partes del trabajo que no son producción de las que hay que ocuparse, todas tienen que sacarse adelante y de las que me ocupo yo: cumplir fechas de entrega… todo.

¿Cómo se las ha arreglado para conciliar vida personal y profesional como empresaria?

Hasta hace 4 años, que mi padre todavía estaba aquí, para mí era más fácil. Aunque él teóricamente ya no trabajase, todos los días venía y hablábamos todos los temas. Ahora que él ya no está, mi marido también es un gran apoyo y mis hijos han llegado entender que, a parte de mi trabajo, esto es mi pasión. Eso hace que a mí no me importen las horas dedicadas. Tengo muy claro que una empresa familiar significa horas sin mirar para sacarla adelante. Si tú no estás al pie del cañón, esto no sale.

¿Has encontrado con algún obstáculo por ser mujer?

No, porque mi padre me ha enseñado todo. Siempre ha sido de “tú aquí a mi lado”. Bien es verdad que evitaba que yo no hiciera esfuerzo físico, pero no era por hacerme de menos, era por protección. Él siempre quiso que yo estuviera en primera línea. Además, mi marido siempre me apoya y me anima. Por tanto, en ese sentido he tenido y tengo apoyo.

¿De qué parte de su actividad está usted más satisfecha y orgullosa?

De lo que más orgullosa estoy es de la satisfacción del cliente, que te digan que has sido constante en la calidad a lo largo de los años, que me digan que mis cocas son las mismas de siempre.

Al mismo tiempo, desde 2012 nos venimos certificando en IFS (International Food Standard) de calidad y seguridad alimentaria año tras año. Es una norma a la que cuesta mucho llegar y, sobre todo, mantenerse ya que supone que cada año te superes y te exijas más, pero es una garantía de seguridad que estás ofreciendo a tus clientes. Te da tranquilidad porque tenemos un protocolo de actuación en el caso de que hubiese un problema.

¿En qué puntos de venta podemos encontrar sus coques de dacsa?

Principalmente tiendas de congelados, cada vez más, no solo en La Safor. Tenemos desde el año pasado dos empresas de distribución en Valencia.

Me gustaría que algún supermercado en Valencia se lanzara porque tenemos demanda todas las semanas y yo no puedo montar una tienda física.  También nos piden restaurantes cada vez más. De hecho, hace tiempo que tenemos restaurantes en Valencia, Madrid y en Barcelona, recientemente en Castellón de la Plana y Bilbao porque hay chefs que se lo recomiendan entre ellos.  

También supermercados. Tengo entendido que entre ellos tienen relación comercial con Mercadona hace tiempo, cuéntenos su experiencia con este gigante.

Trabajamos con Mercadona desde que teníamos el horno, hará unos 25 años, yo ni estaba en la empresa. Mi padre contaba que un buen día vinieron, comentaron que habían estado probando el producto en el mercado, que el que más les gustaba era el nuestro y que querían que fabricásemos para ellos para tantas tiendas. Mi padre dijo que necesitaba X tiempo para organizar cómo abastecer a todas las tiendas. Además, hacíamos nosotros el reparto tienda por tienda, lo que complicaba más dar servicio. Repartimos a tiendas de Mercadona de La Safor y la Marina, que es donde más se conoce el producto. Hoy en día ya es diferente porque ya está centralizado y entregamos en Mercadona Riba Roja o Mercadona Albatera, Alicante.

Lo que se hace con todos los clientes es trabajar con transporte propio especial o con agencias especializadas en congelados y en un día tienen el producto en cualquier punto de España.

¿Cuál es su ventaja competitiva?

Yo ofrezco calidad y seguridad alimentaria. Nosotros no ofrecemos precio, ofrecemos calidad.

Lo que se echa en falta es que la gente se conciencie más en el tema de la seguridad alimentaria porque hay muchas empresas donde aún vemos el todo vale para vender a precios más bajos. Eso, y que Sanidad exija lo mismo a todos. Lo contrario me parece injusto y está ocurriendo. Así es como se justifica que algunos vendan a los precios que venden.

¿A qué retos se enfrenta Coques Susana actualmente?

Pienso que deberíamos montar tienda en Valencia, pero no lo veo claro estando yo aquí. No puedo estar en los dos sitios a la vez. Otra opción es la venta online porque demanda sí hay. Aquí llama cantidad de gente todas las semanas, sobre todo de Valencia, preguntando dónde comprar las cocas.

Fabricar sin gluten también me gustaría porque tengo el problema en casa, mi hija es celíaca.  El año pasado lo planteé en una reunión con Mercadona, pero llegué a la conclusión de que no les compensa por volumen de ventas.

Tras esta conversación nos sumergimos en una apasionada charla, como lo hace todo Susana, puro entusiasmo. Hablamos del relevo generacional, de modalidades de venta online y, cómo no, de Luis Serra, a quien Susana admira y echa de menos a partes iguales.